La tierra se revela.
Así voy a titular este reportaje que va a tratar de lo acaecido en estos días en La Peza, a consecuencia de las lluvias de los últimos días.
Como todos saben desde el martes 23 de febrero La Peza está incomunicada por todas sus vías de acceso, la carretera que va hasta la A-92 se ve sepultada en varios de sus tramos, porque las laderas y trincheras que la flanquean no han podido resistir más y se han venido derrumbado poco a poco por la cantidad de agua caída en los últimos dos meses, pero esto casi no es de extrañar por que todos los inviernos sucede la misma historia, no con la misma fatalidad de esta vez, que e la de quedarse el pueblo aislado, pero casi no nos coge por sorpresa.
Cerros se han descolgado literalmente, dejando caer sobre la carretera pinos, almendros peñones, barro dejando la carretera sepultada totalmente antes de llegar al puente de rambla seca, las “trincheras grandes” también se han ido desplomando poco a poco dejando un “pequeño” e intransitable carril, que no puede ser utilizado por el peligro que conlleva de derrumbes.
Lo que si nos ha cogido por sorpresa es que las otras dos vías de entrada y salida del pueblo como la carretera del pantano que va a Tocón-Quéntar, Granada también se ha visto afectada por los derrumbes y desplomes que se han vertido sobre la calzada y que la hacen intransitable en muchos de sus tramos. Señales de carreteras cortadas anuncian que dichas carreteras no se pueden transitar.
Pero lo mas alarmante es lo sucedido en la carretera de las peñas de la mula, que en uno de sus tramos la tierra a engullido la carretera a la altura de lo que se conoce por los “guevos de Lucas”, nunca antes se había escuchado decir que dicha carretera desde su construcción por el ingeniero Santa Cruz allá por el año 1921, haya sido cortada, y es que el enorme socavón tiene casi tres metros de hondura y unos siete metros de largo.
En estos días en que la vida normal del pueblo se ha visto “truncada” por este hecho, la gente tiene ahora este tema de conversación ya que las principales vías de entrada y salida del pueblo, salvo el carril del puerto, que es lo que en media de lo posible hace de de entrada y salida del pueblo, es la que se ha resistido un poco a los azotes del temporal, esto solo me hace pensar que por muchos ingenieros que tengamos, muchos adelantos técnicos y humanos que haya, contra la madre naturaleza no se puede ir en contra de ella, esto para mi es una señal de que ella en parte de que ella es al que rige nuestra vida.
La cara más amable de todo este problema lo ponen las fuentes que muchas de ellas llevaban años y años secas y que jubilosas vuelven a dar sus ricas aguas, como las fuentes de la “Encantada”, “Fuente blanca” “Fuente grande” “la Fuente de Quicabal”, “Fuente loca” y alguna más que desconozco el nombre, y como no el colosal embalse de Francisco Abellán que desde ayer esta aliviando agua que ya está casi al limite de su capacidad.
Ahora el agua nos engorra y nos cansa y hasta nos podremos hartar de agua, pero cuando hay tiempos de sequía, nos acordaremos de esta agua, así que no nos queda otro remedio que es el de aguantarnos y esperar al buen tiempo
Ahí dejo unas fotos que hice esta mañana.
Así voy a titular este reportaje que va a tratar de lo acaecido en estos días en La Peza, a consecuencia de las lluvias de los últimos días.
Como todos saben desde el martes 23 de febrero La Peza está incomunicada por todas sus vías de acceso, la carretera que va hasta la A-92 se ve sepultada en varios de sus tramos, porque las laderas y trincheras que la flanquean no han podido resistir más y se han venido derrumbado poco a poco por la cantidad de agua caída en los últimos dos meses, pero esto casi no es de extrañar por que todos los inviernos sucede la misma historia, no con la misma fatalidad de esta vez, que e la de quedarse el pueblo aislado, pero casi no nos coge por sorpresa.
Cerros se han descolgado literalmente, dejando caer sobre la carretera pinos, almendros peñones, barro dejando la carretera sepultada totalmente antes de llegar al puente de rambla seca, las “trincheras grandes” también se han ido desplomando poco a poco dejando un “pequeño” e intransitable carril, que no puede ser utilizado por el peligro que conlleva de derrumbes.
Lo que si nos ha cogido por sorpresa es que las otras dos vías de entrada y salida del pueblo como la carretera del pantano que va a Tocón-Quéntar, Granada también se ha visto afectada por los derrumbes y desplomes que se han vertido sobre la calzada y que la hacen intransitable en muchos de sus tramos. Señales de carreteras cortadas anuncian que dichas carreteras no se pueden transitar.
Pero lo mas alarmante es lo sucedido en la carretera de las peñas de la mula, que en uno de sus tramos la tierra a engullido la carretera a la altura de lo que se conoce por los “guevos de Lucas”, nunca antes se había escuchado decir que dicha carretera desde su construcción por el ingeniero Santa Cruz allá por el año 1921, haya sido cortada, y es que el enorme socavón tiene casi tres metros de hondura y unos siete metros de largo.
En estos días en que la vida normal del pueblo se ha visto “truncada” por este hecho, la gente tiene ahora este tema de conversación ya que las principales vías de entrada y salida del pueblo, salvo el carril del puerto, que es lo que en media de lo posible hace de de entrada y salida del pueblo, es la que se ha resistido un poco a los azotes del temporal, esto solo me hace pensar que por muchos ingenieros que tengamos, muchos adelantos técnicos y humanos que haya, contra la madre naturaleza no se puede ir en contra de ella, esto para mi es una señal de que ella en parte de que ella es al que rige nuestra vida.
La cara más amable de todo este problema lo ponen las fuentes que muchas de ellas llevaban años y años secas y que jubilosas vuelven a dar sus ricas aguas, como las fuentes de la “Encantada”, “Fuente blanca” “Fuente grande” “la Fuente de Quicabal”, “Fuente loca” y alguna más que desconozco el nombre, y como no el colosal embalse de Francisco Abellán que desde ayer esta aliviando agua que ya está casi al limite de su capacidad.
Ahora el agua nos engorra y nos cansa y hasta nos podremos hartar de agua, pero cuando hay tiempos de sequía, nos acordaremos de esta agua, así que no nos queda otro remedio que es el de aguantarnos y esperar al buen tiempo
Ahí dejo unas fotos que hice esta mañana.
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