Otro San Anton más, y parece mentira, pero el tiempo se pasa volando. Pero si con el inicio del nuevo año llega una de nuestras tradiciones mas pintorescas, San Anton, que como cada año se celebra en la víspera del día 17, pero con días de antelación se van preparando leñas, para los boliches, la “tocha” para los hachos, el buen vino y las buenas caretas, hacen de manjar en estas fiestas de San Antón.
Poco o mucho se puede decir de esta fiesta, según se mire, pero para algunos que ya hemos pasado los 25 años vamos recordando estos días, recuerdos de los días en que nos pasábamos tardes enteras buscando “tocha” y esparto para los hachos, para luego poder presumir de la buena colección de hachos y de que eras el mejor que más tenias, total el caso era que te pasabas una tarde-noche de escándalo, dándole roña a los hachos, y te lo pasabas muy bien, ahora sin embargo las nuevas generaciones ven esta noche como un motivo más para hacer botellón y ponerse hasta el … de alcohol sin el más pretexto de “pasarlo bien”.
El olor a leña quemada, nos hará como maquina del tiempo para trasportarnos a otro tiempo, a los años en los que uno no pensaba nada más que en pasar una buena noche, en quemar cuantos mas hachos mejor, que para la noche de la Candelaria ya habría tiempo para buscar mas “tocha”. A tiempos en los que la mayor preocupación era la diversión, en los que uno no tenia penas tan solo alegrías, no tenia obligaciones ningunas ¡¡ hay que tiempos, quien pudiera volver a ellos!!.
Recuerdo también las quemaduras en la cabeza que te producían los hachos cuando después de darles roña los tirabas hacia el cielo y con tan mal atino te caían en la cabeza, o las ampollas que te salían en las manos del rabo del hacho.
Pues llegado esa tarde del 16 de Enero, toca lo propio en ese día, subida al cerro de San Anton a recoger las naranjas, ya empezarán a arder los primeros boliches, cuando las naranjas rueden cerro abajo, San Antón desde la explanada nos bendecirá y será testigo de una tradición única y de cómo cada año las nuevas generaciones van cogiendo el testigo para que esa tradición de “echar las naranjas” cerro abajo no se pierda.
El olor a leña quemada ya va inundando el ambiente, los barreños de “rosetas”, el vino mosto, las caretas, las morcillas, las carnes asadas en las brasas, serán el manjar de tan rancia noche, y que huele a viejas tradiciones, el boliche hará como maestro de ceremonias para reunirnos a familias, amigos y vecinos para junto a el, recordar viejas vivencias, y de recordar tiempos que pasaron.
Este año a los boliches les costó mucho arder, porque la leña estaba muy empapada en agua y se gastó mas de un litro de gasolina para que ardieran pero con mucha paciencia se logró que ardieran.
Y como no el santo patrón de los animales tendrá también su momento de esplendor, con la subida al cerro de niños, mujeres y hombres, todos ellos a recoger las naranjas que cerro abajo rodarán para alegría de grandes y pequeños, (este año mi sobrino Ramón y mi otro sobrino mi Jesús se volvieron a jugar el tipo para que nuestra recolecta fuera copiosa y abundante).
Y al día siguiente en la puerta de la iglesia parroquial se bendijeron todos los animales que fueron llevados a la presencia del santo.
P.d: Este año el santo no se puede quejar que yo le haya dado la lata, para que me hiciera un apañillo como no dio fruto el año pasado este año ni lo he intentado.
Otro año será.
2 comentarios:
Cuenta un poco de los poderes casamenteros que tiene nuestro santo... (aunque con nosotros no funcione :P) JEJEJEJEJE
Hola Jose María. Soy Ana Belén, la chica que estuvo realizando el reportaje de San Antón en La Peza. Te escribo para comentarte si me puedes ayudar con el origen de las canciones de San Antón. Además estoy interesada en registrar la famosa Olla de San Antón para vincularlo con la fiesta. Para ello necesitaría contactar con alguna persona dispuesta a que me cocinara el plato para poder realizar el reportaje fotográfico. Espero tu ayuda. Mi correo electrónico es: ana.garcia.granada@gmail.com.
En cuanto puedas ponte en contacto conmigo.
Un saludo.
Ana Belén.
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